Últimamente me ha dado por asistir a todos los conciertos cristianos y culturales que están a mi alcance, he visto muchas bandas, de todo tipo, buenas y no tan buenas, jóvenes músicos con excelente interpretación, y otros dudosos pero que son muy buenas promesas para la música cristiana. En todas estas actividades ha habido una explosión de alegría, un sonido decente, instrumentos de marcas reconocidas, cantantes a la moda, luces, etc…
Sin pasar de lo objetivo a lo subjetivo, quisiera dar mi apreciación de la realidad de la música cristiana actual, con esto no quiero dañar a nadie, ni mucho menos criticar irresponsablemente a los ministerios que actualmente trabajan para consolidar la verdadera adoración a Dios. Tomando en cuenta que muchos de ellos son mis amigos.
Actualmente El Salvador se encuentra en un boom musical, de todos los rincones de nuestro país, salen nuevas bandas, músicos, cantantes, coristas que desean alabar a Dios. La calidad de los eventos juveniles está subiendo, la organización y logística se cuida mucho, PEROOOO…..!
A juzgar por los recientes hechos que he vivido, he percibido una drástica ausencia de la real presencia de Dios en los conciertos juveniles, nos preocupamos mas por ver quien toca mejor, en vez de preocuparnos por cuantos adoran en verdad al Señor al momento que mi banda esta ministrando (no tocando).
Nosotros los músicos cristianos que nos gusta que nos digan ministros de alabanza, estamos careciendo de una verdadera adoración personal con Dios. La misma carencia que se transmite y es palpable cuando estamos ejecutando en el escenario.
Necesitamos volver a reenfocarnos en hacer descender el Espíritu Santo a nuestro santuario, mucho llegamos a los conciertos y lo único que nos llevamos es el sudor en la ropa, poco nos importa llevar una fresca unción. Saltar, danzar esta excelente, pero más importante es llevarnos un corazón danzante para nuestra casa.
Finalizo con unos versos de 1 de Reyes 19, 11-12, lo que necesitamos para emparejar nuestra situación en la verdadera adoración, siempre es oportuna y necesaria la contemplación, cuando todo calla Dios habla.
“Y él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová: mas Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto: mas Jehová no estaba en el terremoto.
Y tras el terremoto un fuego: mas Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silvo apacible y delicado”
TNS TODA LA RAZON AMIGO Y ES UN GRAN COMPROMISO PARA NOSOTROS, YO LO TOMO, ESPERO Q TODOS TAMBIEN....
ResponderEliminar